miércoles, 16 de mayo de 2012

El Paradigma De La Complejidad.


Paradigmas anteriores como el empirista y positivista, se centraban en el análisis estadístico de datos y en la verificación empírica de los hechos observables y susceptibles de ser medidos. Desechaban, los procesos que no seguían una estructura o patrón, que no fuera medido con la metodología y las técnicas al uso.

Con la introducción de la incertidumbre, la termodinámica y la relatividad; se crea un nuevo espacio científico, que trata de los hechos y dinámicas no estáticas, alejadas del equilibrio y en constante evolución, tratando de estudiar fenómenos, que hasta ese momento quedaban fuera del campo de estudio.

Desde esta perspectiva, el mundo ya no se ve como una colección de objetos, sino, por el contrario; como una compleja red de elementos relacionados, como una compleja red de nudos entrelazados e interconectados entre sí por «tramas de hilo», pues, como nos recuerda Munné (2005), complejidad procede de complexi (entrelazar) y complexus (red). El comportamiento humano, como comportamiento complejo que es, se definiría por las complejas relaciones entre componentes (Capra, 1996, 2003); en (Pastor y García, 2007).

Según el Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC 2007, 2), la complejidad es efectivamente el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestro mundo fenoménico. Por lo tanto, no es una metodología, una disciplina, sino es una nueva forma de interrogarse e indagar la realidad.

Este nuevo campo científico, aglutina una serie de teorías científicas y utiliza campos metodológicos transdisciplinares, dando lugar al paradigma de la complejidad. Entre las teorías y campos científicos más destacados, se sitúan la cibernética, la teoría de la información, teoría de sistemas, la teoría de los sistemas autopoiéticos y la teoría del caos.

Ejemplificaciones de este paradigma las encontramos en las investigaciones sobre no-linealidad, de Lorenz,  con la idea de retroacción y, con ellas la de una causalidad no lineal. Donde los efectos, no son proporcionales a las causas y se intercambian. Los atractores extraños, de Reulle; la autopoiesis de Maturana y Varela; las teorías de la información, que describen universos donde se simultanean orden y desorden, de lo que se extrae algo nuevo, la información La teoría de los sistemas, donde el todo es más que la suma de las partes y donde la organización del todo produce cualidades emergentes, no preexistentes en las partes. La noción de autoorganización, aportada por la teoría de los autómatas autoorganizados, de Von Neuman: las máquinas vivientes, a diferencia de las artificiales, tienen la capacidad de reproducirse y autorregenerarse. El principio de generación de orden a partir de ruido, de Von Forester; la teoría de Atlan del azar organizador; la teoría de Prigogine sobre las estructuras disipativas. (Espina Prieto, 2007).

Existen una serie de supuestos compartidos, Gerber Plüss (2006, 64-65), que permiten afirmar que existe una base común en todas las teorías de la complejidad:

  •  La realidad es entendida desde una mirada sistémica y holista. Esto implica poner atención en la relación entre los componentes del sistema y de estos con el entorno. A su vez implica una crítica a una mirada más analítica.
  • Los sistemas tienen la característica de la emergencia, lo que implica que el todo es más que la suma de las partes y que no puede, por lo tanto, ser entendido por medio del análisis de las últimas.
  • Los sistemas abiertos tienen la capacidad de retroalimentarse y regularse a sí mismos. De esta manera, son capaces de mantenerse y adaptarse al medio.
  • Existe una tendencia de los sistemas hacia el estado más probable y este es el de máxima entropía. Sin embargo, los sistemas abiertos logran, por medio de la eliminación de entropía hacia el medio, disminuir el desorden interno, constituyendo islas de organización en un mar de desorden.
  • El desorden, las inestabilidades y el azar deben ser incluidos en la comprensión de la realidad. A su vez, estos son entendidos en términos de sus capacidades de generar orden y estructuras. Sin desorden no podría existir vida.
  • La organización es un tema fundamental para los sistemas. El orden se crea por medio de la organización desde el desorden. A su vez, implica poner el énfasis en la manera en que los componentes de un sistema se interrelacionan y organizan para constituir el todo.
  • Los sistemas vivos tienen la capacidad de autoorganizarse. De hecho, es por medio de esta autoorganización que pueden mantenerse vivos.
  • Las interacciones juegan un papel esencial en la constitución de organización, ya que permiten que los elementos se encuentren y correlacionen.
  • La realidad –especialmente la realidad social- es en su mayoría no lineal. Por lo tanto, no es posible reducir todos los fenómenos a un análisis lineal.
  • La causalidad debe ser asumida como compleja. La causalidad compleja implica que puede existir equifinalidad o multifinalidad, que no existe una relación lineal entre causa y efecto, que pueden aparecer efectos contrarios, que la causalidad es circular e interrelacional, entre otros.
  • El observador es parte de la realidad que estudia, por lo que debe ser incluido en la ecuación.
  • Existe un paralelismo entre los distintos ámbitos de estudio. Por lo tanto, se rechaza una actitud analítica de separar las distintas ramas del conocimiento y se apela por la interdisciplinariedad y la unificación de las ciencias.

Kauffman (1992) en Navarro Cid (2002, 101), aborda la complejidad desde sus propiedades básicas pretendiendo dar una definición formal, y propone las siguientes:

  • La existencia del efecto mariposa, de casticidad (sensibilidad a pequeños cambios, o a las condiciones iniciales).
  • La cristalización del orden en sistemas muy desordenados, la propiedad de autoorganización.
  • La existencia de atractores extraños, indicadores de un orden complejo.
Siguiendo a Andrés Schuschny, 2008, un tipo de sistemas corresponde a los complejos, presentando las siguientes características:
  • Compuestos por una enorme cantidad de componentes en interacción (condición acción) capaces de intercambiar entre ellos y con el entorno materia, energía o información y de adaptar sus estados internos como consecuencia de tales interacciones (paralelas).
  • Dan lugar a “comportamientos emergentes”.
  • Suelen ser “computacionalmente irreducibles”: obligan a la aproximación constructiva (bottom-up).
  • Pueden exhibir estados estacionarios, fenómenos críticos, transiciones de fase, fluctuaciones, histéresis, frustración, metaestabilidades, y un sinnúmero de meso-estados.
  • Evolucionan en el “borde del caos”.

Ejemplos de sistemas complejos:
  • El comportamiento atmosférico (sistemas turbulentos).
  • Los hormigueros, colmenas, cardúmenes y manadas.
  • Las redes metabólicas, los sistemas autoinmunes, la diferenciación celular y los sistemas neuronales.
  • El flujo del tránsito urbano, el desplazamiento de fluidos en medios porosos.
  • La economía y la dinámica de los mercados.
  • Los sistemas ecológicos, la evolución de la biodiversidad y extinción de especies.
  • La dinámica de redes (Internet y toda conectividad).
  • La propagación de epidemias, rumores, incendios, ataques especulativos, pánicos bancarios, etc.
  • La dinámica de cooperación - competencia en los sistemas sociales.

Con la intención de aglutinar y sintetizar los anteriores supuestos compartidos por las teorías que se sustentan en el paradigma de la complejidad, y sentando las bases o principios de este paradigma, se puede recurrir a los principios presentados por Morín (2001), cuando desarrolla los mandamientos del paradigma de simplificación y por contraposición expone los principios de la complejidad complementarios e interdependientes:
  • Principio sistémico u organizacional, bajo el que se relaciona el conocimiento de las partes con el conocimiento del todo.
  • Principio hologramático que incide en que las partes están dentro del todo y el todo está en cada parte.
  • Principio retroactivo que refleja cómo una causa actúa sobre un efecto y, a su vez, éste sobre la causa.
  • Principio recursivo que supera la noción de regulación al incluir el de autoproducción y autoorganización.
  • Principio de autonomía y dependencia en el que expresa la autonomía de los seres humanos pero, a la vez, su dependencia del medio.
  • Principio dialógico que integra lo antagónico como complementario.
  • Principio de la reintroducción de sujeto que introduce la incertidumbre en la elaboración del conocimiento al poner de relieve que todo conocimiento es una construcción de lamente. En (Bonil, Sanmartí, Tomás y Pujol, 2004, 6-18).
 
 
Edgar Morin (1994), quien se ha propuesto subsanar los déficits de las nociones de estructura y sistema a través del paradigma de la complejidad, reconoce que éste surge por oposición al conocimiento científico que fue concebido durante mucho tiempo, y aún lo es a menudo, para disipar la aparente complejidad de los fenómenos, y para revelar el orden simple al que obedecen. Los modos simplificadores del conocimiento mutilan más de lo que expresan de aquellas realidades o fenómenos de los que intentan dar cuenta, aunque, sin embargo, han sido una forma de conocimiento que hemos utilizado durante mucho tiempo y que se ha naturalizado en los investigadores de diversos campos.

De hecho, para Morin, la complejidad no es algo definible de manera simple para ocupar el lugar de la simplicidad. La complejidad es más bien una palabra problema y no una palabra solución que no conduce a la eliminación de la simplicidad, pues aunque la complejidad surge donde el pensamiento simplificador falla, ésta integra, dentro de sí, todo aquello que pone orden, claridad, distinción, precisión en el conocimiento. Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo integra, lo más posible, los modos simplificadores de pensar, rechazando las consecuencias mutilantes, reduccionistas, unidimensionales, y finalmente cegadoras, de una simplificación que se toma por reflejo de la realidad.

 Morin llama complejo, a ese algo que realmente no podemos explicar. Por eso si existe pensamiento complejo, éste no será un pensamiento que pueda abrir todas las puertas, sino un pensamiento donde estará siempre presente la dificultad. Se puede decir que hay complejidad dondequiera que se produzca un enmarañamiento de acciones, de interacciones, y de retroacciones; y donde ese enmarañamiento es tal que ni si quiera una computadora podría captar todos los procesos en curso. Pero hay también otra complejidad que proviene de la existencia de fenómenos aleatorios, que no se pueden determinar y que empíricamente agregan incertidumbre al pensamiento. Es decir, la complejidad aparece cuando hay a al vez dificultades empíricas y dificultades lógicas. “Dificultades empíricas como el famoso efecto mariposa. Esta es la primera complejidad; nada está realmente aislado en el universo y todo está en relación. El problema lógico aparece cuando la lógica deductiva se muestra insuficiente para dar una prueba en un sistema de pensamiento y surgen contradicciones que devienen insuperables“(Morin, 1998, 422).

En este sentido, es importante advertir que complejidad no significa completitud. Aunque la ambición del pensamiento complejo es rendir cuenta de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por el pensamiento disgregador o simplificador, (que aísla lo que separa y oculta todo lo que religa, interactúa, o interfiere), éste aspira al conocimiento multidimensional. (Rueda Ortiz, 2003, 417-418).

El Grupo Complex de la Universidad Autónoma de Barcelona, incorporan los anteriores principios expresados por Morín como guía para orientar la didáctica de las ciencias como disciplina, y por lo tanto a la didáctica de la organización escolar que nos compete en el presente trabajo.

Algunos de los elementos que pueden orientar el estudio de estas disciplinas son:
·    Incorporar la perspectiva sistémica compleja en el proceso de pensar, y por lo tanto educar comporta descartar radicalmente todas aquellas proyecciones educativas que, al estudiar los fenómenos, no incorporen la indeterminación y que prescindan del estudio de los procesos.
·    Incorporar la perspectiva dialógica, hace necesario estudiar los fenómenos en clave de diálogo entre antagónicos complementando los procesos de interacción como diálogo entre medio interno y medio externo, de autoorganización como diálogo entre orden y desorden, y de dinamismo como diálogo entre equilibrio y cambio.
·    Incorporar la perspectiva hologramática supone incidir en la importancia que la enseñanza de las ciencias promueva la conexión entre lo global y lo específico. Llegar a ser capaz de explicar la realidad conlleva establecer conexiones continuas entre escalas, indisociables de la incertidumbre y el dinamismo.
·    Incorporar la perspectiva de la acción, contempla la importancia de formular preguntas sobre los fenómenos naturales y la búsqueda de respuestas mediante un juego de pensamiento y acción. Potenciando paralelamente todos aquellos elementos asociados a una gestión de aula estimuladora del trabajo colaborativo, de la argumentación, de la autorregulación y de la autonomía, y la incorporación del medio como fuente de datos y contexto de acción.


Bibliografía:

 
  • Bonil, J., Sanmartí, N., Tomás, C. y Pujol, RM. (2004). Un nuevo marco para orientar respuestas las dinámicas sociales: el paradigma de la complejidad. Investigación en la escuela, 53. Consultado en http://www.ipes.anep.edu.uy/documentos/curso_dir_07/modulo4/materiales/paradigma.pdf
  • Espina Prieto, Mayra Paula (2007). Complejidad, transdisciplina y metodología de la investigación social. UPL.Online, vol.12, nº.38. Consultado el 16/04/2009,  en http://www.serbi.luz.edu.ve/scielo.
  • Gerber Plüss, M. (2006). Complejidad: teoría y método. Memoria para optar al título de Socióloga. Universidad de Chile. Consultado en http://www.cybertesis.cl/tesis/uchile/ 
  • Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC). (2007) ¿Qué es el pensamiento complejo y la complejidad? Consultado el 26/12/2007 en http://www.complejidad.org/
  • Morin, E. (1996). El pensamiento ecologizado. Gazeta de Antropología nº 12. Consultado el 26/12/2007 en http://www.pensamientocomplejo.com.ar/
  • Morin, E. (1998). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
  • Morín, E. (2004). La epistemología de la complejidad. Gazeta de Antropología nº 20. Consultado el 26/12/2007 en http://www.pensamientocomplejo.com.ar/
  • Muñoz, A. y Román, M. (1989). Modelos de organización escolar. Madrid: Cincel.
  • Navarro Cid, J. (2002). Las organizaciones como sistemas abiertos alejados del equilibrio. Consultado el 26/09/2005 en http://www.tesisenxarxa.net/TDX-0116102-114349/
  • Navarro, J. (2000). Gestión de organizaciones: gestión del caos. Dirección y Organización, 23, 136-145.
  • Pastor J. y García-Izquierdo A. (2007). Complejidad y Psicología Social de las Organizaciones. Psicothema 2007. Vol. 19, nº 2, pp. 212-217.
  • Rueda Ortiz, R. (2003). Para una pedagogía del hipertexto: Una teoría entre la deconstrucción y la complejidad. Palma de Mallorca. Universidad Islas Baleares. Facultad de Educación.
  • Schuschny, A. (2008). La Red y el futuro de las organizaciones. Más conectados ... ¿Más integrados?. Colección Empresa, Editorial Kier, Buenos Aires, Argentina, 2008.


Mª Rosario Mayo Pérez, 16 de mayo de 2012.

No hay comentarios: